Diego Rivera the Cubist portraits 1913-1917 Sylvia Navarrete, Serge Fauchereau, Anna Indych-López, Joanne Klaar Walker

By: Navarrete, SylviaContributor(s): Fauchereau, Serge | Indych-López, Anna | Walker, Joanne Klaar | Meadows Museum (Dallas)Material type: TextTextLanguage: Anglès Publication details: London: Philip Wilson Publishers 2009 Description: 168 p. : il. col. ; 32 cmISBN: 9780856676642 Subject(s): Rivera, Diego, 1886-1957 | 1913-1917 | 2009 | Cubisme | Exposicions | Meadows Museum (Dallas) | RetratsSummary: Diego Rivera formativos en círculos literarios y artísticos de París en tiempos de la Primera Guerra Mundial; la misma provee una nueva perspectiva sobre este período menos conocido, pero a la vez determinante, de la carrera de este artista mexicano. del museo Meadows, el Retrato de Ilya Ehrenburg (1915). En 1968, Algur Meadows compró este retrato de un escritor ruso para el museo. Es una de las pocas pinturas realizadas por un artista no español que Meadows compró para el museo, y sigue siendo uno de los pocos retratos cubistas de Rivera que forman parte de una colección estadounidense. La obra demuestra la atención de Rivera al cubismo, especialmente en su segunda fase sintética en la que el uso de formas de coloración plana y claramente definidas y texturas variadas se combinan para enfatizar la percepción bidimensional de la imagen. A la misma vez, el artista parece desafiar la bidimensionalidad de su pintura al darle a cada uno de sus colores y formas su propia textura, a menudo tridimensional. Esto es particularmente evidente en su representación de la pipa y la pluma de Ehrenburg, el símbolo – prominentemente expuesto – de la profesión del artista que se proyecta sobre la superficie de la pintura. De este modo, el trabajo demuestra que a través de la fragmentación oblicua y simultánea del plano de la figura y la transformación de la perspectiva, Rivera optó por una “hibridización” de procesos (orfismo, puntillismo, futurismo, abstracción) y, ocasionalmente, del uso creativo de materiales –que incluyen arena, aserrín y papel– en las pinturas al óleo. Los pigmentos rojos oxidados de este lienzo están marcados con arena pegajosa y el cabello de Ehrenburg está formado por oleosos cordones de pintura negra. exposición es de volver a establecer y resaltar las conexiones emocionales, así como los lazos profesionales e ideológicos, que ataron a Diego Rivera a los círculos que frecuentaba diariamente durante su permanencia en París. En su estudio de Montparnasse, muchos amigos cercanos posaron para él, incluso Ilya Ehrenburg, quien en sus memorias hace referencia a posar para el retrato. A través de sus ilustres modelos, es posible reconstruir un capítulo de la biografía de Rivera y, a la misma vez, un aspecto marginal del París cosmopolita del periodo entre guerras, con las referencias artísticas, históricas, políticas y literarias que éste encierra. En particular, la comunidad de inmigrantes rusos en París, de la cual Ehrenburg formaba parte, emerge entre los retratos cubistas de Rivera, demostrando su relación estrecha con ellos teniendo como nexo sus amantes parisinas (las artistas Angelina Beloff y Marevna Vorobieva-Stebelska). Esta comunidad estaba compuesta mayormente por bolcheviques que continuaron una lucha subterránea mientras vivían en el exilio luego de la insurrección fallida de San Petersburgo de 1905; el mismo Ehrenburg era un fugitivo de las prisiones del Zar. Entre otros se incluyen al fornido poeta Maximilien Volochine, el escultor Oscar Mietschaninof, el pintor Alexandre Zinoviev, así como el escultor lituano Jacques Lipchitz y el mecenas capitalista de las artes, Michel Ossip Zeitlin, además de varias de sus esposas y compañeras, tales como Bertha Kristosser Volkovitsky, Marie Zeitlin y la Srta. Marcoussis. siglo XX, y se encontró en este entorno fértil, desarrolló un lenguaje visual cubista distintivo, que usó para crear retratos empáticos y conmovedores de algunas de las figuras más importantes de la época. Diego Rivera: Los retratos cubistas, 1913-1917 celebra, por lo tanto, no solo el retrato cubista que Rivera tiene en Meadows Museum, sino que coloca al artista dentro de un marco más amplio de las tradiciones artísticas europeas y de vanguardia en las cuales más tarde se inspiraría para desarrollar su propio estilo peculiar. La exposición tendrá como comisaria a la prominente profesora mexicana, Sylvia Navarrete. Ella y otros especialistas en Rivera de los Estados Unidos y Francia han contribuido en el catálogo que acompaña la exposición.
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Biblioteca Museu Picasso
75 (Riv) Nav (Browse shelf(Opens below)) Available 2011-231
Biblioteca Museu Picasso
FH CUB Nav (Browse shelf(Opens below)) Staff Collection 2013-74

Catàleg de l'exposició del Meadows Museum, Dallas, 21/06/2009 al 20/09/2009

Diego Rivera formativos en círculos literarios y artísticos de París en tiempos de la Primera Guerra Mundial; la misma provee una nueva perspectiva sobre este período menos conocido, pero a la vez determinante, de la carrera de este artista mexicano. del museo Meadows, el Retrato de Ilya Ehrenburg (1915). En 1968, Algur Meadows compró este retrato de un escritor ruso para el museo. Es una de las pocas pinturas realizadas por un artista no español que Meadows compró para el museo, y sigue siendo uno de los pocos retratos cubistas de Rivera que forman parte de una colección estadounidense. La obra demuestra la atención de Rivera al cubismo, especialmente en su segunda fase sintética en la que el uso de formas de coloración plana y claramente definidas y texturas variadas se combinan para enfatizar la percepción bidimensional de la imagen. A la misma vez, el artista parece desafiar la bidimensionalidad de su pintura al darle a cada uno de sus colores y formas su propia textura, a menudo tridimensional. Esto es particularmente evidente en su representación de la pipa y la pluma de Ehrenburg, el símbolo – prominentemente expuesto – de la profesión del artista que se proyecta sobre la superficie de la pintura. De este modo, el trabajo demuestra que a través de la fragmentación oblicua y simultánea del plano de la figura y la transformación de la perspectiva, Rivera optó por una “hibridización” de procesos (orfismo, puntillismo, futurismo, abstracción) y, ocasionalmente, del uso creativo de materiales –que incluyen arena, aserrín y papel– en las pinturas al óleo. Los pigmentos rojos oxidados de este lienzo están marcados con arena pegajosa y el cabello de Ehrenburg está formado por oleosos cordones de pintura negra. exposición es de volver a establecer y resaltar las conexiones emocionales, así como los lazos profesionales e ideológicos, que ataron a Diego Rivera a los círculos que frecuentaba diariamente durante su permanencia en París. En su estudio de Montparnasse, muchos amigos cercanos posaron para él, incluso Ilya Ehrenburg, quien en sus memorias hace referencia a posar para el retrato. A través de sus ilustres modelos, es posible reconstruir un capítulo de la biografía de Rivera y, a la misma vez, un aspecto marginal del París cosmopolita del periodo entre guerras, con las referencias artísticas, históricas, políticas y literarias que éste encierra. En particular, la comunidad de inmigrantes rusos en París, de la cual Ehrenburg formaba parte, emerge entre los retratos cubistas de Rivera, demostrando su relación estrecha con ellos teniendo como nexo sus amantes parisinas (las artistas Angelina Beloff y Marevna Vorobieva-Stebelska). Esta comunidad estaba compuesta mayormente por bolcheviques que continuaron una lucha subterránea mientras vivían en el exilio luego de la insurrección fallida de San Petersburgo de 1905; el mismo Ehrenburg era un fugitivo de las prisiones del Zar. Entre otros se incluyen al fornido poeta Maximilien Volochine, el escultor Oscar Mietschaninof, el pintor Alexandre Zinoviev, así como el escultor lituano Jacques Lipchitz y el mecenas capitalista de las artes, Michel Ossip Zeitlin, además de varias de sus esposas y compañeras, tales como Bertha Kristosser Volkovitsky, Marie Zeitlin y la Srta. Marcoussis. siglo XX, y se encontró en este entorno fértil, desarrolló un lenguaje visual cubista distintivo, que usó para crear retratos empáticos y conmovedores de algunas de las figuras más importantes de la época. Diego Rivera: Los retratos cubistas, 1913-1917 celebra, por lo tanto, no solo el retrato cubista que Rivera tiene en Meadows Museum, sino que coloca al artista dentro de un marco más amplio de las tradiciones artísticas europeas y de vanguardia en las cuales más tarde se inspiraría para desarrollar su propio estilo peculiar. La exposición tendrá como comisaria a la prominente profesora mexicana, Sylvia Navarrete. Ella y otros especialistas en Rivera de los Estados Unidos y Francia han contribuido en el catálogo que acompaña la exposición.

R. 2011/74

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